No pienses tanto....

Nadie llega a nuestra vida por casualidad. Todas las personas que me rodean, están aquí por algo, para hacerme aprender y avanzar en cada situación. Con el paso del tiempo me doy cuenta de que todo está ahi por algo, de que todas las personas que pasaron por mi vida me enseñaron algo. Incluso aquellas que me hicieron daño.
Sin intentar retener a personas que simplemente tienen que irse de mi camino y acepto a otras que han sido puestas en él para guiarme.
Lo que sucede es la única cosa que podía haber sucedido.
Nada, pero nada, absolutamente nada de lo que sucede podría haber sido de otra manera. Ni siquiera el detalle más insignificante. No existe el: “si hubiera hecho tal cosa… Hubiera sucedido tal otra…”. No. Lo que pasó fue lo único que pudo haber pasado, y tuvo que haber sido así para aprender esa lección...seguir adelante.
Cada una de las decisiones que tomé en mi vida fueron por algo.
Todos los errores cometidos me han llevado a ser la persona que soy ahora, nada es por casualidad. No me arrepiento de nada. Miro hacia adelante y se que cada cosa tiene su momento en la vida. Asumo que, aunque existan momentos que no me gusten, todo irá a mejor.
Todo es un aprendizaje.
Cualquier momento que comience es el momento correcto.
“Todo comienza en el momento indicado, ni antes, ni después"
Cada cosa a su tiempo. No me apresuro, no quemo etapas. Todo llegará, y cuando llegue, será porque es el momento indicado.
Me propongo avanzar, y para ello, me libero de ciertas cosas. Cuando algo acaba, acaba. Y punto. Miro hacia adelante.
No sé si estoy orgullosa de todo lo que alguna vez hice, pero si puedo decir que siempre que pude hice lo que quise hacer y no me imaginé nunca lo que venía después.
Creo que nunca me puse a analizar que si hacía algo eso me iba a llevar a una cosa mucho más grande. Quién me iba a decir que con una decisión, las cosas ahora... son tan diferentes a cómo serían....
Hoy miro hacia atrás y veo que muchas veces me dejé estar y no fui tan de frente como hoy lo haría sin dudarlo. Pero igual, estoy aquí y no me quejo ni me reprocho nada. Mi vida no sería mía sin esas metidas de pata o sin mi carácter de mierda que a veces complica todo. Sin mis impulsividades o sin mi manía de estar todo el tiempo pensando en cosas que ya pasaron, pero que deberían haber pasado de otra forma.
A veces simplemente hay que dejarse llevar… Dejando que suceda, es más fácil así.
Cambio, me reinvento e intento cosas nuevas, si me caigo vuelve a levantarme y empiezo de nuevo cada vez que sea necesario.

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