Sexto día
No voy a perder esa magia que me permite sorprender sin trucos. Mantengo esa curiosidad que me lleva a tocar con la yema de los dedos esas sensaciones que consiguen conectarme con la esencia de la vida. Esos momentos sin esperarlos, sin perseguirlos y casi sin darme cuenta…
“Coño, qué guay es la vida”.
No pierdo ese brillo en los ojos que viene de la mano de cada sonrisa sincera, de cada caricia sin miedos, de cada “te quiero” sin penas. De cada persona que se cruza en mi vida con intención de entregarse al 200% porque sabe que no merezco menos de lo que doy.
Y quiero. No solo a esas personas, sino a esos momentos. Porque será en ellos donde encuentre aquella parte de mi que echaba de menos.
Seré vida en cada mirada que cruces y, que en ella, a quien le importe pueda escuchar mis silencios. Porque en ellos será donde diré lo que callo y donde por empatía y curiosidad, otro trate de descifrar la ecuación donde la X siempre soy yo.
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