Noveno día
Cierro los ojos y durante un instante pienso en lo bueno que tengo, en esas personas que hacen que mi vida tenga sentido. Pienso en lo que he vivido y imagino lo que me queda por vivir. Sonrío por ser quién soy y olvido todo lo que un día me hizo llorar. Porque no merece la pena sufrir, nadie tiene derecho a borrarme la sonrisa. Disfruto de aquellos que me quieren y me apoyan, que me abrazan cuando más lo necesito y que siempre están ahí. O allí. No importa la distancia. Importan las palabras, los hechos, los momentos vividos junto a ellos. Importa cada segundo de felicidad que me han aportado. Porque yo debo aprovechar cada minuto de mi vida. Y si es junto a esas personas, solo me queda darles las gracias y sonreir.
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