Cuarto día
Esos momentos que me dejan helada. En los que tengo que contener las palabras. Que me dejan pasmada. Que vivo intensamente. Que me cortan la respiración.
Son instantes en los que cambia la vida, en los que cierro los ojos y sé que tengo algo por lo que vivir. Que me ha ocurrido a mi y que me pellizquen si esto no es real.
Que no es un sueño, que merece la pena. Lo llamaré perseverancia. El tren de mi vida cambia de dirección. Vivir la vida de manera sensata merece la pena. Y me subo al tren.
Me tomo las cosas con menos seriedad.
Me sumerjo y vivo intensamente y disfruto de mi respiración.
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