Mi manera de sanar es escribiendo, a veces necesito sacar fuera cosas que todavía duelen, que andan haciendo eco en mis latidos a destiempo. Por eso las dejo por aquí, por si a alguien le duele la misma herida que a mí y así sanamos juntos. Es tiempo de decirle adiós a algunos capítulos de mi vida, y también de pedir perdón porque en mi afán de salvarme, siempre suelo huir, incluso sabiendo que a otros también les dolió. Mi mayor defecto es no encontrar la manera de disimular el dolor que llevo dentro, por eso el silencio, por eso la ausencia. Ahora que miro el pasado y recuerdo todos los intentos que hice por salvar algunas amistades, me doy cuenta de que cuando una persona no es para ti, ni mil esfuerzos valen la pena. Tenía miedo, miedo de perder a quienes quería y muchas veces tomé decisiones que me dolieron para tratar de salvar algo que desde el principio estaba perdido. Lo sé, a veces soy muy terca. También recuerdo la vez que lloré de emoción por alguien a quien los doctores ...