Y entonces... llueve
No te atreves a decir esas cosas. Por si acaso. Por si acaso qué, si al final. Nadie te avisa de eso. Todo el mundo lo sabe pero nadie te lo dice. Y hay un día que las golondrinas no vuelven. Por lo que sea. No vuelven. Y entonces qué. Los zapatos de miedo son lo peor, todo el mundo lo sabe. Porque aprietan y hacen herida y por eso a los niños no les gusta llevarlos. Y entonces qué. Y me sonríe con un sonrisa tan frágil como una hoja seca en un cálido día de finales de verano, cuando sabes todo lo que queda por venir... Y puede que pueda ser así durante un tiempo...pero no siempre